Pero no todo el mundo tiene el mismo acceso a los alimentos. En la actualidad, una de cada 11 personas padece hambre y cada año se desperdicia un tercio de todos los alimentos del mundo. Y toda esa comida perdida y desperdiciada contribuye hasta en un 10 por ciento a las emisiones totales de gases de efecto invernadero, lo que agrava aún más la crisis climática.
Necesitamos un cambio. Un cambio que puede transformar nuestros sistemas alimentarios para que funcionen para todos.